miércoles, 16 de diciembre de 2015

La transferencia de ingresos elegida por la mitad más uno



Para Inflación_Verdadera la inflación anual en noviembre alcanza el 25,275%.
Todesca anunció que el INDEC no difundirá por ahora el IPCNU, el dato que se había publicado para octubre fue de 14,3%.
Por su parte, el IPCDR aumentó en 1,026% mensual, alcanzando un 17,922% anual. Los mayores aumentos entre nov-14 y nov-15 los he registrado en Fiambrería (165,84%), Librería (135,82) y Almacén (sin alimentos) (87,82%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Donde queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. Y también la relativa tranquilidad actual, ya que las estimaciones calculan un freno en el crecimiento de los precios, aunque en niveles superiores a los previos a 2014.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 22,16% respecto a noviembre del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $900,34 por lo que subió en 3,74% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $2782,05 en noviembre pasado para no ser indigente ($22,44 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1.160,55 por lo que aumentó respecto al mes anterior en 3,58%, totalizando un incremento anual del 17,56% (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Dulces (82%), Papa (62%) y Yerba (56%). A continuación, las variaciones interanuales.

Con el comienzo de la gestión presidencial a cargo del Ing. Macri, el panorama para el sector trabajador y aquellos que reciben ingresos fijos es bastante desalentador. Por lo que imagino un escenario de alta conflictividad en los próximos meses de 2016.
¿Qué pasará con la inflación y el salario real?
Para explicar el fenómeno inflacionario no podemos dejar de prestar atención al proceso de puja distributiva. En las negociaciones colectivas tendremos por un lado al sector patronal y por el otro a la burocracia sindical, esta última no siempre vocera de las demandas de las bases y del grueso de trabajadores. El Estado interviene en las negociaciones colectivas, no como un árbitro imparcial que sólo busca que se cumplan las reglas, sino también como un actor de poder que juega a favor de los intereses de una de las partes.
¿Qué podemos esperar del Estado?
El flamante presidente, al anunciar y hacer efectivo el plan de eliminación de retenciones agropecuarias, llamó a estas entidades a pagar con alegría los impuestos, dando así, una clara señal de alianza del Estado con el sector patronal. Si no, hubiera llamado a luchar contra la precarización laboral y trasladar con alegría los abultados ingresos adicionales hacia los trabajadores. De la misma manera, ante empresarios de la UIA, en lugar de hablar del elevado porcentaje de trabajo en negro prefirió hablar de competitividad.
Por lo que, más allá de mantener ciertos programas como el Ahora 12 o Precios Cuidados y sostener las paritarias “libres”, el resultado dependerá de la nueva configuración de fuerzas. El Estado y el sector patronal van por el aumento de la ganancia empresaria, las bases de trabajadores resisten para enfrentar el ajuste. ¿Cómo jugará este juego la burocracia sindical? No tengo las mejores expectativas.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Cuando tenga la tierra... Tendré la vida

Para Inflación_Verdadera la inflación anual de agosto finaliza en 26,983%.
La Inflación Congreso asciende al 2,17% mensual y el 26,60 % anual (ver).
Mientras que la variación del IPCNU (INDEC) es de 1,2% mensual y de 14,7% anual.
Por su parte, el IPCDR aumentó en 1,284% mensual, alcanzando un 17,965% anual. Los mayores aumentos entre ago-14 y ago-15 los he registrado en Fiambrería (151,22%), Almacén (sin alimentos) (100,16%) y Verdulería (90,81%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Se observa cómo a partir de mayo de 2013 el IPCDR se despega de la estimación oficial y se acerca a las alternativas, luego en el corriente año no se despega mucho del dato del INDEC. Queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. Y también la relativa tranquilidad actual, ya que las estimaciones calculan un freno en el crecimiento de los precios, aunque en niveles superiores a los previos a 2014.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 21,58% respecto a agosto del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $844,76 por lo que cayó en -1,28% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $2610,31 en agosto pasado para no ser indigente ($21,05 por día por persona). A su vez, como el INDEC dejó de publicar la CBA, si la CBA oficial hubiese aumentado al ritmo del rubro alimentos, comunicado en el IPCNU, el nivel que debiera informar el organismo oficial sería de $328,98. Es decir que una familia tipo habría necesitado $1.016,54 ($8,20 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1.082,99 por lo que aumentó respecto al mes anterior en 2,07%, totalizando un incremento anual del 16,46% (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Té (102%) Hortalizas (87%) y Dulces (91%). A continuación, las variaciones interanuales.

En publicaciones anteriores del blog ya hice referencia a la idea monetarista (simplista a mi modo de ver) de la inflación generada por la impresión de billetes, aunque en los meses próximos continuaré sumando más elementos a este debate. Claramente Federico Sturzenegger (Unión PRO) expresa esta postura al decir “es una pena esta aceleración (de la inflación), porque complica al Gobierno que viene y además muestra que la política monetaria de Alejandro Vanoli nos lleva a una aceleración de la suba de los precios al consumidor”.
Por oro lado, cuando alguien dice que el proceso inflacionario es una máquina generadora de pobres (ej: Pablo Tonelli de Unión PRO), también refiere a una visión simplista. En realidad la inflación es parte de un complejo proceso económico capitalista donde muchas variables continuamente se relacionan y cambian. No vivimos en un mundo donde lo único que cambian son los precios y las demás variables permanecen inalteradas. Tampoco un proceso inflacionario de este tipo puede impedir, per se, un desarrollo capitalista. He mencionado en otras publicaciones cómo H J Chang nos muestra ejemplos de países capitalistas que se desarrollaron en contextos de inflación promedio al 40 % anual por dos décadas (Brasil y Corea).
En cuanto a las propuestas políticas, puede que la reducción del IVA de productos básicos colabore con la reducción de la pobreza. También es posible que el “combate” o control a los oligopolios (que tienen la capacidad de administrar precios en pos de sus beneficios) sea una medida que alivie el proceso de descarte de los de abajo (típico del sistema económico en el que vivimos). Pero éstas medidas duran por un tiempo y parecen inútiles, el mismo sistema renueva su fuerza descartadora y desigualadora, y en poco tiempo se tienen que pensar nuevas estrategias para reducir la pobreza y la desigualdad.
Más radical y de más largo plazo (o estructural), aunque (lamentablemente y por ahora) dentro del sistema capitalista, sería la distribución de la tenencia de la tierra, la cual es un recurso fundamental para cubrir las necesidades básicas de vivienda y alimento. En este sentido, teniendo en cuenta cómo se manejan los gobiernos capitalistas y sabiendo que la tierra de los países latinoamericanos es un recurso esencial para el desarrollo de la acumulación mundial, no queda otra que la lucha organizada de los de abajo; como lo hacen colectivos barriales, inmigrantes, indígenas y campesinos. Ellos entienden que la tierra y la vida no se pueden disociar. Si la tierra es de otro, tendremos que vivir como quiere ese otro; pero si la tierra es nuestra, la vida también.

domingo, 16 de agosto de 2015

¿Es excesivo el gasto estatal?

Para Inflación_Verdadera la inflación anual a finales de mayo se ubicaba en 26,845%. No se han publicado los datos de cierre de mayo ni los siguientes.
La Inflación Congreso asciende al 1,92% mensual y el 27,15 % anual (ver).
Mientras que la variación del IPCNU (INDEC) es de 1,3% mensual y de 14,8% anual.
Por su parte, el IPCDR aumentó en 1,517% mensual, alcanzando un 17,629% anual. Los mayores aumentos entre jul-14 y jul-15 los he registrado en Verdulería (110,15%), Almacén (sin alimentos) (100,16%) y Accesorios del hogar (70,81%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Se observa cómo a partir de mayo de 2013 el IPCDR se despega de la estimación oficial y se acerca a las alternativas, luego en el corriente año no se despega mucho del dato del INDEC. Queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. Y también la relativa tranquilidad actual, ya que las estimaciones calculan un freno en el crecimiento de los precios, aunque en niveles superiores a los previos a 2014.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 13,91% respecto a julio del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $855,72 por lo que aumentó en 3,48% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $2644,16 en julio pasado para no ser indigente ($21,32 por día por persona). A su vez, como el INDEC dejó de publicar la CBA, si la CBA oficial hubiese aumentado al ritmo del rubro alimentos, comunicado en el IPCNU, el nivel que debiera informar el organismo oficial sería de $323,48. Es decir que una familia tipo habría necesitado $999,54 ($8,06 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1061,01 por lo que aumentó respecto al mes anterior en 0,95%, totalizando un incremento anual del 16,66% (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Té (102%) Hortalizas (93%) y Dulces (91%). A continuación, las variaciones interanuales.

Meses atrás, un economista argentino con mucha presencia mediática, al bloquearme en su cuenta de Twitter luego de mi respuesta, me negó la posibilidad del debate acerca de la importancia del gasto público en su función de dirigir el crecimiento económico (twit). Como en este blog intento difundir otras ideas que escapan al autoritarismo de la economía neoclásica, me pareció bien presentar un esbozo de la idea poskeynesiana de la demanda efectiva, apuntando al papel del gasto público en el crecimiento de la economía.
En los siguientes párrafos seguiré las notas de un mini seminario de economía poskeynesiana que coordiné en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, en el que, además de la riqueza de quienes participaron, me sirvió de mucho el aporte del trabajo de Fabian Amico, Alejandro Fiorito y Guillermo Hang, que pueden ver aquí.
Básicamente el principio de la demanda efectiva nos dice que la producción, y el crecimiento de la economía, se ajustan y son dirigidos por la demanda. Aún en el largo plazo. En un modelo simple tomado de Lavoie (2005) el producto nacional (Y) puede ser contemplado desde las rentas (salarios de los trabajadores, beneficios de los capitalistas e impuestos del gobierno) o desde las ventas (consumo privado, inversión que es consumo de las empresas y gasto público que es consumo del gobierno):

                               Y = Salarios + Beneficios + Impuestos = Consumo + Inversión + Gasto

El consumo puede separarse en compra de bienes de consumo de los trabajadores (CS) y compra de bienes de consumo de los capitalistas (CB):

                               Salarios + Beneficios + Impuestos = CB + CS + Inversión + Gasto

Como, siguiendo a Kalecki, los trabajadores gastan todo su ingreso: Salarios = CS

Simplificando y despejando los beneficios nos queda:

                               Beneficios = CB + Inversión + DF

Donde DF es el déficit fiscal que surge de restarle los impuestos al gasto público (DF = Gasto – Impuestos).
En el pensamiento neoclásico se afirma que toda expansión del gasto público provoca déficit presupuestario que succiona recursos que podrían ser utilizados en las inversiones del sector privado, a través del aumento de las tasas de interés (Crowding-out). En el análisis poskeynesiano esto no sucede porque las tasas de interés dependen de la tasa de referencia fijada por el banco central, además la ecuación anterior muestra que los déficits públicos tienen un impacto favorable para las empresas.

¿Por qué no entonces incrementar el déficit público indefinidamente? Es que, si bien la demanda motoriza a la oferta (ley de Say a la inversa), hay que tener en cuenta que el crecimiento de la oferta y la producción no es instantáneo, tiene su ritmo. Por otro lado, la administración de la deuda impone sus restricciones, más si es tomada en moneda extranjera. Cabe destacar también, la importancia que en la tradición keynesiana se le da al papel de la inversión y su comportamiento en la dinámica de la economía.

Pero, ¿un crecimiento con esta dinámica no es inflacionario? Para la economía neoclásica una demanda que ejerce constante presión sobre la oferta genera inflación. Estos economistas nos dicen que de tanto darle a la maquinita de hacer billetes el banco central y aumentar el gasto el gobierno, es lógico tener inflación. En cambio, en el marco poskeynesiano, la economía siempre se encuentra subocupada. Es decir que siempre hay margen para que la demanda crezca sin producir un efecto inflacionario.

¿Por qué? ¿Cómo es esto? Las empresas tienen una capacidad de producción en un determinado período de tiempo, si lo que tienen que producir para satisfacer la demanda es menor a esa capacidad, entonces su capacidad se encuentra subutilizada. Esto es medido por lo que se conoce como “Utilización de la Capacidad Instalada” (UCI) y publicado por el INDEC para cada ramo industrial. Así entonces se puede distinguir el producto potencial de la economía, que sería aquél que las empresas pueden lograr trabajando con su capacidad plena; y el producto real de la economía que es el que efectivamente se da y es impulsado por la demanda. Como las industrias nunca trabajan a plena capacidad, el producto real siempre es inferior al producto potencial y no hay lugar a las presiones inflacionarias por este medio.

¿Cómo podemos saber si realmente la demanda empuja a la oferta? Un indicio se puede encontrar en el comportamiento de los productos potencial y real. Si el producto potencial sigue el comportamiento del producto real, entonces quiere decir que la oferta sigue a la demanda (ley de Say a la inversa). A continuación muestro un análisis similar al de Amico, Fiorito y Hang:



Se observa cómo el crecimiento del producto potencial (rojo) es empujado por el crecimiento del producto real (azul). Podríamos entonces darle algo de crédito a la postura poskeynesiana antes presentada. Aunque la discusión seguramente no terminaría aquí.

Mi intención es abrir más el debate en pos de construir una ciencia más plural, no es decir que la verdad está en este modelo simple poskeynesiano. Podríamos seguir sumando más elementos y otras visiones para discutir los alcances de la política fiscal, criticar la teoría del acelerador y otras posiciones poskeynesianas. Pero nunca caer en el sesgo autoritario propio de cualquier ortodoxia.

Referencias:
Lavoie, M. (2005) La economía postkeynesiana. Icaria. Barcelona.

martes, 28 de julio de 2015

Es la política, pavotes



Para Inflación_Verdadera la inflación anual en la primera mitad de mayo se ubicaba en 26,872%. No se han publicado los datos finales de mayo ni los de junio.
La Inflación Congreso asciende al 1,53% mensual y el 27,9 % anual (ver).
Mientras que la variación del IPCNU (INDEC) es de 1,0% mensual y de 15,0% anual.
Por su parte, el IPCDR aumentó en 1,815% mensual, alcanzando un 17,625% anual. Los mayores aumentos entre jun-14 y jun-15 los he registrado en Vestimenta (103,08%), Accesorios del hogar (92,61%) y Almacén (sin alimentos) (86,77%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Se observa cómo a partir de mayo de 2013 el IPCDR se despega de la estimación oficial y se acerca a las alternativas, luego en el corriente año no se despega mucho del dato del INDEC. Queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. Y también la relativa tranquilidad actual, ya que las estimaciones calculan un freno en el crecimiento de los precios, aunque en niveles superiores a los previos a 2014.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 15,31% respecto a junio del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $826,95 por lo que aumentó en 2,12% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $2555,27 en junio pasado para no ser indigente ($20,61 por día por persona). A su vez, como el INDEC dejó de publicar la CBA, si la CBA oficial hubiese aumentado al ritmo del rubro alimentos, comunicado en el IPCNU, el nivel que debiera informar el organismo oficial sería de $320,91. Es decir que una familia tipo habría necesitado $991,61 ($8,00 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1051,01 por lo que disminuyó respecto al mes anterior en -0,98%, totalizando un incremento anual del 15,52% (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Dulces (173%), Té (102%) y Vinagre (98%). Mientras que las Galletas saladas (-13), el Pan (-20), la Harina de trigo (-22%) y la papa (-25%) están más baratas que hace un año. A continuación, las variaciones interanuales.

Para el Defensor del Pueblo de Córdoba la canasta básica total que mide la línea de pobreza ascendió a $7.357,85 (con una inversa de Engels similar se podría estimar la línea de pobreza alrededor de $5.900 para IPCDR). Por otro lado, agrupaciones políticas de izquierda denuncian que la mitad de los trabajadores argentinos gana $6.000 o menos por mes, no parece algo alocado considerando que la remuneración neta promedio que informa el Ministerio de Economía en su base de datos (aquí) para el primer trimestre de 2015 es de $11.770. Recordemos que en una distribución regresiva la mediana se encuentra debajo de la media. Al mismo tiempo, acaba de establecerse el salario mínimo vital y móvil en poco más de $6.000.
Si esto es cierto, entonces mientras la mitad de los trabajadores no alcanza a cubrir las necesidades de su familia con los ingresos del circuito registrado, el sector capitalista hace su negocio, seguramente con el apoyo de la burocracia sindical. Claro que sería necesario sumar al análisis, entre otras cosas, los ingresos de los hogares contrastados con las necesidades en pesos de dichos hogares, pero seguramente estas cifras nos hacen notar cómo el estado actual de la economía limita las decisiones familiares.
Podemos decir, a coro con la presidenta (ver), ¿ustedes creen que esto es resultado del azar? NO, “es la política, pavotes”.
Si bien podemos reconocer avances para los sectores bajos comparando con 2003, pero esos avances parecen haberse estancado en la última presidencia de CFK. Es que el INDEC hace rato no publica datos referentes al problema y por eso el “derribador de mitos” de Página 12, Asiain (ver), no puede aclararnos si efectivamente la pobreza está creciendo o no.

martes, 16 de junio de 2015

Cuando lo esencialmente comunitario está al servicio de la propiedad



Para Inflación_Verdadera la inflación anual en los primeros días de abril se ubicaba en 26,8%. No se han publicado los datos finales de abril ni los de mayo.
La Inflación Congreso asciende al 2,02% mensual y el 28,76 % anual (ver).
Mientras que la variación del IPCNU es de 1% mensual y de 15,3% anual.
Por su parte, el IPCDR aumentó en 2,751% mensual, alcanzando un 16,792% anual, torciendo la tendencia a la baja de los primeros meses del año. Los mayores aumentos entre may-14 y may-15 los he registrado en Vestimenta (99,45%), Librería (94,65%) y Accesorios del hogar (92,61%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Se observa cómo a partir de mayo de 2013 el IPCDR se despega de la estimación oficial y se acerca a las alternativas, luego en el corriente año no se despega mucho del dato del INDEC. Queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. Y también la relativa tranquilidad actual, ya que las estimaciones calculan un freno en el crecimiento de los precios.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 23,22% respecto a mayo del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $809,81 por lo que aumentó en 0,94% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $2502,31 en mayo pasado para no ser indigente ($20,18 por día por persona). A su vez, como el INDEC dejó de publicar la CBA, si la CBA oficial hubiese aumentado al ritmo del rubro alimentos, comunicado en el IPCNU, el nivel que debiera informar el organismo oficial sería de $319,31. Es decir que una familia tipo habría necesitado $986,68 ($7,96 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1061,42 por lo que también aumentó en 1,39% (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Dulces (167%), Té (102%) y Vinagre (98%). Mientras que la Harina de trigo (-20%) y la papa (-14%) continúan más baratas que hace un año. A continuación, las variaciones interanuales. Se puede observar cómo la estimación propia es bastante similar, en su evolución, a la del Defensor del Pueblo de Córdoba.

Estamos por cumplir un año y medio sin publicación oficial de la Canasta Básica Alimentaria. Al respecto me gustaría decir que, si bien es importante tener en cuenta el valor de esta canasta, para la efectividad de la política pública y conocer cuántas personas pueden, a través del mercado, adquirir la ingesta calórica necesaria, la cuestión de la soberanía alimentaria es mucho más amplia.
Hace una semana la Argentina recibía un premio en Roma por parte de la FAO (ver), no por alcanzar anticipadamente la meta (establecida en 1996) de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre para 2015 ni de reducir a la mitad el número total de personas desnutridas, sino por mantener desde 1990 “tasas de hambre” inferiores a 5%. Tengo la impresión de que la exigencia es bastante pobre, porque 1) si Argentina es un gran productor y exportador, no es una misión imposible alimentar a una población escasa en un gran territorio de alta fertilidad y 2) para cumplir con tan baja exigencia no se necesitan cambios estructurales que eliminen de raíz el problema de la malnutrición, y por ello el premio se le otorga no sólo a la Argentina de hoy, sino también a la de 1990 y años sucesivos.
Lo que más salió a la luz por estos días en los medios de comunicación fueron los datos de pobreza e indigencia que mencionó la presidenta CFK en conferencia en la FAO (ver), pero considero que hay otra serie de precisiones más interesantes de analizar y discutir. Porque se trata tanto de las opiniones como la visión del mundo económico de quien encabeza el proyecto político al poder en nuestro país. Y, además, representa la visión cultural del mundo occidental.
CFK comenzó hablando de los programas de huertas tan significativos en la erradicación del hambre, pero como realmente no es un programa con presencia trascendental en la vida de la mayoría de los argentinos, rápidamente siguió su discurso con los temas que sí le importa resaltar.
La primera cuestión es que, para la presidenta, el poder del pobre se manifiesta en la potestad de comprar, y por eso no interesa resaltar las cuestiones de poder en la esfera de la producción. Así lo manifiestan frases como: “Tienen hambre los que no tienen dinero para comprar alimentos”; “El muro de Berlín se cayó porque los del otro lado querían consumir”; o “El trabajo es la mejor herramienta para que la gente pueda salir del hambre”. Por lo que, claramente, no hay ningún cuestionamiento al modelo de producción capitalista ni a la distribución de tenencia de la tierra. Si bien es cierto que la llamada “década ganada” puede mostrar números positivos en cuanto a evolución en la tasa de desempleo y en el poder adquisitivo, cabe destacar que no hubo ningún cambio significativo en cuanto a la propiedad y el control de los recursos que hacen a la alimentación. Más bien, el agronegocio y el desarrollo inmobiliario tienen las de ganar frente a la resistencia por la posesión de las comunidades locales y el uso de los recursos esencialmente comunitarios, como la tierra y el agua.
La segunda cuestión es que para la presidenta el alimento es, en consonancia con la visión del mundo capitalista, una mercancía más. En el frente interno reivindica el papel del Estado para sostener la demanda, porque sino “el capitalista no tiene donde colocar su producto” y porque la desocupación implica pobreza y la pobreza lleva al hambre. En el frente externo cuestiona las barreras para-arancelarias y los subsidios de los países centrales que perjudican la colocación de los productos alimenticios producidos por países como Argentina. En este sentido, los grandes avances en biotecnología van de la mano de la posibilidad que el modelo les da a los capitalistas de extraer los beneficios de la explotación de la tierra. Suena contradictorio hablar de especulación financiera con la deuda de los Estados cuando la especulación que en nuestro propio país se hace con los granos se debe a la inacción del Estado argentino frente a la estructura de comercialización y, por sobre todo, frente a la estructura de la propiedad.
Me suena difícil que un presidente de un Estado capitalista pueda, en estos ámbitos, dar datos promisorios de evolución de un programa de huertas, de democratización en el uso de la tierra, de privilegio de uso al agua de calidad para las comunidades locales antes que a las empresas de producción extractiva y de “desarrollos” inmobiliarios. Porque es imposible que un sistema, que tiene como valor supremo la propiedad privada, dé respuestas definitivas al flagelo y la injusticia del hambre.

Datos personales

Córdoba, Argentina
Licenciado en Economía. Desempeño tareas de docencia, extensión e investigación en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba