viernes, 20 de febrero de 2015

Acerca del "relato" y la realidad social



Para Inflación_Verdadera la inflación anual en el mes de enero se ubica en 35,899%.
La Inflación Congreso asciende al 2,08% mensual y el 35,21% anual (ver).
Mientras que el INDEC al publicar el IPCNU, dice que la variación del índice es de 1,1% mensual y de 20,9% anual.
El IPCDR comienza el primer mes de 2015 con 0,931% mensual y 24,694% anual. Los mayores aumentos entre ene-14 y ene-15 los he registrado en Vestimenta (147,53%), Transporte (81,36%) y Servicios-impuestos (78,38%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12, se observa cómo a partir de mayo de 2013 el IPCDR se despega de la estimación oficial y se acerca a las alternativas. Por otro lado, queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. En este último mes el IPCDR se ha aproximado a la estimación oficial.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 34,62% respecto a enero del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $802,44 por lo que aumentó en 2,16% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio tradicional y dos hijos necesitó $2479,53 en enero pasado para no ser indigente ($20 por día por persona). A su vez, como el INDEC dejó de publicar la CBA, si la CBA oficial hubiese aumentado al ritmo del rubro alimentos, comunicado en el IPCNU, el nivel que debiera informar el organismo oficial sería de $308,07. Es decir que una familia tipo habría necesitado $951,95 ($7,68 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1013,46 (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Bebidas edulcoradas (130%), Legumbres secas (121%) y Té (102%). La Harina de trigo continúa más barata que hace un año (-15%), a la que se suma la Sal Fina (-1%).

La realidad social es una construcción social. Quienes pensamos en la realidad social, quizá no encontremos mucho sentido en discutir si la mesa que tengo en frente existe o no, simplemente es un objeto que podemos observar y constatar sus medidas. Pero cuando hablamos de objetos sociales, la cosa cambia. ¿Cuánto es la inflación en Argentina? ¿Cuál es la pobreza? ¿Cuánto se está invirtiendo productivamente? Para responder, aunque se usen datos numéricos, siempre esta presente la subjetividad de quien confecciona o selecciona el modelo de análisis, recaba los datos, los presenta y los analiza. Porque la realidad social es un mundo de significados, donde los actores sociales y políticos intentan imponer su visión de ese mundo. Es por eso que todos los actores del entramado social tienen su RELATO: “La inflación es del 35% y es demasiado elevada”, “La inflación es del 20% y está bajo control”, “La inflación es el peor flagelo de los pobres y de los trabajadores”, “La recuperación del salario es clara, sólo es mermada por la política de precios de los empresarios sin escrúpulos”, etc. Por este motivo creo que podemos llamar a la Inflación Congreso, inflación opositora, y a la inflación del INDEC, oficialista. Pero ¿qué sentido tiene tener en cuenta todo esto? Para mí, la clave está en descubrir lo que hay detrás de cada relato. Es decir, a qué medidas de política se está haciendo el llamado y cuál es el mundo que está significado allí. Porque incluso, aunque no hubiesen divergencias en los cálculos, las interpretaciones se acomodarían a los relatos.
Como la teoría económica es una herramienta importante para imponer un relato y las medidas de política que acarrea. Y pensando en aquello que decía Marx en su “Ideología alemana”, que las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante. Es por eso mi apuesta a la pluralidad de relatos desde lo académico, y en lo político también. Sobre todo intentando (no siempre lo consigo) sacar a la luz aquellos relatos que han sido silenciados, por no pertenecer al grupo dominante.
En este sentido, pensando en la política actual argentina, a conveniencia de los más poderosos se ha logrado imponer un mundo de significados dual. Es decir, pareciera que sólo existen los oficialistas K y la oposición “clarinista”. Y así, se logra silenciar otros relatos que no convienen a las clases dominantes. Estamos en un año electoral, y, como ejemplo, de los candidatos con más chances a la presidencia ninguno plantea una visión crítica al modelo productivo extractivista en el que se afianza el país. Lo cual me deja pensando: si hay una idea dominante, es porque detrás está la clase dominante.

Datos personales

Córdoba, Argentina
Licenciado en Economía. Desempeño tareas de docencia, extensión e investigación en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba