Por su parte, el IPCDR aumentó en 7,936% mensual, alcanzando un 40,558% anual, marcando un récord en
mis mediciones desde el año 2010. Los mayores aumentos entre feb-16 y feb-15
los he registrado en Recreación y turismo (209,09%), Fiambrería (149,82%) y Librería
(130,2%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Donde quedan
claro los golpes inflacionarios que significaron la importante devaluación de
enero de 2014, y el proceso devaluatorio de diciembre a febrero últimos.
En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia
muestra un incremento de 26,96% respecto a febrero del año anterior. La CBA de un
adulto (representativo) ascendió a $1.014,18
por lo que subió en 2,75% en dicho mes, es decir que una familia compuesta por
un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $3.133,82 en febrero pasado para no ser indigente ($25,27 por día
por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA
ascendió a $1.366,01 por lo que aumentó
respecto al mes anterior en 1,78%, totalizando un incremento anual del 33,83% (Azul:
CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).
Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Aceites (98%),
Galletitas dulces (78%), Hortalizas (72%) y Yerba (72%). A continuación, las
variaciones interanuales.
El IPCDR ya acumula 19,35% en lo que va del año por lo que se ve difícil
el cumplimiento de la meta gubernamental del 25%. De todas formas, cuando el
presidente del Banco Central propone un esquema de metas de inflación, le tengo
más miedo a las consecuencias distributivas de la política. Centrándome en el
corto plazo, pienso en ¿cuál es la discusión política que se debe dar?
El ministro de Hacienda, Prat Gay, en diciembre último refiriéndose a
los aumentos de tarifas dijo que “Asustan los porcentajes cuando decís cuánto van a subir. Pero una factura que se pagaba $150 y pasa
a $350 son (una diferencia de) 200
pesos, que es también (igual a) dos
taxis o dos pizzas. Creo que esa
es la discusión que hay que tener”. En realidad, cada familia puede evaluar si es
o no considerable en su presupuesto los aumentos que se vienen dando no sólo en
tarifas sino en los precios generales de la economía. Pero proponer la
discusión por este aspecto oculta lo importante del proceso inflacionario que
vivimos: la consecuencia distributiva
(que es causa también). En realidad la discusión que hay que tener es ¿a
quiénes está beneficiando la inflación actual? ¿En detrimento de quienes? Esto
no lo podemos reducir a un problema individual o familiar, es un proceso de
implicancias sociales.
Como dije en el post anterior, el gobierno tiene alta responsabilidad en
este reparto de la torta, pero intentan desviar la atención para que no miremos
lo evidente. El presidente le dedicó una parte de su discurso ante el Congreso al
problema de la inflación: “el gobierno anterior la promovió como una
herramienta válida”… “La inflación
es perversa, destruye no sólo el poder adquisitivo de los más débiles, sino que
destruye la confianza y la previsibilidad, promoviendo la especulación y la
falta de información”. Pero sigue ausente la discusión del reparto de la torta
¿a quiénes está beneficiando la inflación actual? ¿Este gobierno no la
está usando como herramienta válida también?
Intentando despegarse de la responsabilidad, el presidente dijo “La inflación ha estado alta en estos meses
producto de la inercia de muchos años de inflación alta”. Si la inflación
es por inercia debería bajar todos los meses, por el contrario, si da un salto
a valores más elevados es porque la tendencia fue alterada en estos meses. Alterada
porque el gobierno actual tiene claro a quienes beneficiar, y a quienes no.
¡Ésta es la discusión que
hay que tener!
No hay comentarios:
Publicar un comentario