lunes, 23 de marzo de 2020

¿Es esta una oportuncrisis?


Para un análisis de la inflación en nuestro país, se realiza el seguimiento de cuatro mediciones distintas que se detallan a continuación:
1)      IPC INDEC
Es el indicador del organismo oficial que se publica todos los meses en su página web que, en el mes de febrero de 2020, mostró un crecimiento interanual de 50,28%.
2)      IPCDR
La estimación propia mostró un incremento interanual de 50,89%, donde los mayores aumentos entre feb-19 y feb-20 los he registrado en “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (66,33%) y en “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (65,9%). Aquí la tabla completa de las variaciones interanuales por rubro:

Rubro
IPCDR anual
Alimentos y bebidas no alcohólicas
66,33%
Bebidas alcohólicas y tabaco
43,80%
Prendas de vestir y calzado
49,01%
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles
65,90%
Equipamiento y mantenimiento del hogar
61,67%
Salud
46,83%
Transporte
47,95%
Comunicación
19,58%
Recreación y cultura
14,31%
Educación
0,49%
Restaurantes y hoteles
52,77%
Otros bienes y servicios
26,42%

3)      IRP
Para tener un dato más y comparar también con una medición alternativa a la oficial, sumo la medición del Índice del Relevamiento de Precios (IRP) que realiza el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala. En enero 2020 la inflación anual, según este índice, ascendió a 54,10%.

4)      INDEC%DR
Es la inflación que surge de combinar la información del INDEC con las proporciones de gasto de mi hogar. En la tabla siguiente tomo la inflación por rubro que publica el INDEC para la región pampeana (primera columna), que difieren de las observadas por mí. En la segunda columna utilizo las ponderaciones de esos rubros según las compras de mi hogar (que son distintas a las ponderaciones del INDEC). En la tercera, el aporte a la inflación resultante (producto de las dos columnas anteriores). Al sumar estos aportes a la inflación por rubro, se obtiene la inflación propia calculada con las variaciones de precios del INDEC, pero con las ponderaciones acordes al gasto de mi hogar (INDEC%DR). Como vemos, la inflación de mi hogar sería del 51,40% anual.

Rubros INDEC
Inflación INDEC
Ponderación
Aporte al IPC
Alimentos y bebidas no alcohólicas
54,4%
24,41%
13,28%
Bebidas alcohólicas y tabaco
48,6%
2,44%
1,18%
Prendas de vestir y calzado
57,1%
4,28%
2,45%
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles
28,6%
10,97%
3,14%
Equipamiento y mantenimiento del hogar
56,7%
5,54%
3,14%
Salud
62,6%
7,61%
4,76%
Transporte
54,5%
32,52%
17,72%
Comunicación
54,7%
2,02%
1,11%
Recreación y cultura
49,5%
0,85%
0,42%
Educación
39,0%
5,51%
2,15%
Restaurantes y hoteles
50,7%
0,64%
0,33%
Otros bienes y servicios
53,8%
3,21%
1,73%
INFLACIÓN ANUAL INDEC CON PROPORCIONES PROPIAS
51,40%

TABLA
A continuación se muestra la tabla comparativa de estas mediciones
Tabla de inflación a febrero de 2020
FUENTE
Inflación mensual
Inflación acumulada 2020
Inflación anual
IPCDR (mi hogar)
3,87 %
9,80 %
50,89 %
2,01 %
4,31 %
50,28 %
IRP (*)
2,91 %
2,91 %
54,10 %
INDEC%DR
2,03 %
4,18 %
51,40 %
(*) Los valores están actualizados a Enero 2020

GRÁFICO
A continuación muestro la gráfica de las series comparadas desde dic-13. Agrego la serie de Ciudad de Buenos Aires (IPCcaba) para los meses en que no hubo publicación por parte del INDEC del dato anual a nivel nacional. (Azul: IPCDR, Rojo: INDEC, Rojo punteado: IPCcaba, Verde: IRP, Negro: INDEC%DR).

La inflación en tiempos de restricción externa
Anteriormente, ya he comentado sobre el texto de 1983 de Marcelo Diamand: “El péndulo argentino, ¿hasta cuándo?” (Disponible aquí). En uno de sus apartados describe el proceso inflacionario en Argentina y nos dice que los procesos inflacionarios más virulentos se han desencadenado después de fuertes devaluaciones provocadas por las crisis de balanza de pagos, y enumera 1956, 1962, 1971/1972, 1975 y 1981. A lo que podríamos agregar los famosos eventos de fines de los ochenta y la crisis de 2001. Pero más recientemente, los años de importantes devaluaciones como 2014, 2016, 2018 y 2019 fueron años donde el proceso inflacionario se amplificó. Los mecanismos que se activan luego de las devaluaciones son múltiples, pero haré mención aquí al conflicto que recrudece respecto a la distribución de los ingresos. Y es que el “éxito” en frenar la inflación dependerá directamente del éxito en frenar demandas de ingreso de parte de la clase trabajadora. ¡ES LO QUE VIENE SUCEDIENDO DESDE PRINCIPIOS DE 2019! (En la gráfica anterior se observa que la inflación anual se frena y baja tímidamente) Con la organización de la clase trabajadora debilitada y burocracias sindicales a tono con las demandas patronales, sobre todo si pensamos en los sectores estatales. Las administraciones sindicales, comprometidas con la vuelta de un signo político al gobierno nacional en 2019 y ahora siendo parte, vienen trabajando todo este tiempo en pos de la contención de demandas salariales que puedan surgir en las bases.

La deuda como madre de todas las batallas en el contexto actual
Diamand observa que una de las cosas que caracteriza al gobierno de la corriente ortodoxa es que trae consigo, y nos deja, un acuerdo con el FMI y una deuda significativa. Lo cual hace que, para el gobierno actual de Fernández, las negociaciones al respecto sean “la madre de todas las batallas” en materia económica. Las opiniones sobre las negociaciones al respecto son variadas, ¿qué conviene hacer? ¿Pagar o no pagar? ¿Auditar y asignar costos? Julián Zícari, en ésta nota es contundente, “las crisis en los últimos 40 años, desde la dictadura hasta la actualidad, han irrumpido como consecuencia de pagar la deuda, no por dejar de pagarla”. Esto en respuesta a aquellas voces hegemónicas que nos advierten los fuertes costos de no servir a la deuda como corresponde. Sumado a que, siguiendo a Cantamutto y Castiglioni aquí, pensar en declarar algún tipo de repudio en torno a la deuda no es una cosa descabellada y fuera de lugar en nuestro mundo actual.
Es que el peso de la deuda cada vez se vuelve más representativo en el presupuesto público. Y ya sabemos que el Estado, como todo el ámbito público, es un terreno de disputa. El presupuesto que se destina a la deuda podría utilizarse en gasto social, ingresos para la clase trabajadora o en salud pública (tan necesarios en tiempos de pandemia). Por esto es que alguna declaración de repudio a la deuda debe ser una lucha de los llamados sectores populares.

¿Oportuncrisis?
Lisa Simpson, en un famoso episodio de la serie, nos enseñaba que en chino (paradójicamente) la palabra “crisis” también significa “oportunidad”.
En el mundo económico emerge la crisis, una economía golpeada y débil es ahora víctima de una pandemia, pero ¿no es este el escenario concreto en el cual los gobiernos endeudados pueden declarar reperfilamientos, defaults totales o selectivos? Estamos frente a una emergencia sanitaria y hasta los más neoliberales anti Estado están de acuerdo con una mayor presencia estatal y el imprescindible gasto proveniente de las arcas públicas (sólo aparecen unas pocas voces intentando defender su doctrina neoliberal, pero quedando inútilmente en ridículo). El mismísimo FMI acaba de declarar que la deuda Argentina, como está, es insostenible.
Si se supera el escollo de la deuda en el frente externo nos quedarán aún muchos problemas, desde el terremoto de la pandemia hasta la distribución de los ingresos en el plano interno. Sin embargo quisiera plantear unas preguntas para el debate:
Si la economía disminuye su funcionamiento cuando es menoscabada la fuerza de trabajo, como en el presente caso donde esa fuerza es afectada por la enfermedad o por el aislamiento (el trabajo a distancia funciona como mecanismo de la patronal para seguir haciendo uso de esa fuerza, lo más que se pueda), ¿no deberíamos en términos teóricos analizar la economía capitalista desde una perspectiva que tenga como centro la fuerza de trabajo, la explotación? Y en términos políticos ¿la conciencia de clase y la emancipación?
¿Acaso en este tiempo de aislamiento no se hace evidente quienes son las que se ocupan de la sostenibilidad de la vida en los hogares y en las ollas populares?
¿No tenemos evidencia suficiente de que nuestro sistema mundo es único, todo está interconectado y es afectado por cómo, cuánto, quiénes y para qué producimos y consumimos?

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Datos personales

Córdoba, Argentina
Licenciado en Economía. Desempeño tareas de docencia, extensión e investigación en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba