martes, 16 de junio de 2015

Cuando lo esencialmente comunitario está al servicio de la propiedad



Para Inflación_Verdadera la inflación anual en los primeros días de abril se ubicaba en 26,8%. No se han publicado los datos finales de abril ni los de mayo.
La Inflación Congreso asciende al 2,02% mensual y el 28,76 % anual (ver).
Mientras que la variación del IPCNU es de 1% mensual y de 15,3% anual.
Por su parte, el IPCDR aumentó en 2,751% mensual, alcanzando un 16,792% anual, torciendo la tendencia a la baja de los primeros meses del año. Los mayores aumentos entre may-14 y may-15 los he registrado en Vestimenta (99,45%), Librería (94,65%) y Accesorios del hogar (92,61%).
A continuación muestro las series comparadas desde dic-12. Se observa cómo a partir de mayo de 2013 el IPCDR se despega de la estimación oficial y se acerca a las alternativas, luego en el corriente año no se despega mucho del dato del INDEC. Queda claro el golpe inflacionario que significó la importante devaluación de enero de 2014, puesto que todas las estimaciones dan un salto a valores más elevados. Y también la relativa tranquilidad actual, ya que las estimaciones calculan un freno en el crecimiento de los precios.

En cuanto a la canasta básica de alimentos (CBA), la medición propia muestra un incremento de 23,22% respecto a mayo del año anterior. La CBA de un adulto (representativo) ascendió a $809,81 por lo que aumentó en 0,94% en el último mes, es decir que una familia compuesta por un matrimonio “tradicional” y dos hijos necesitó $2502,31 en mayo pasado para no ser indigente ($20,18 por día por persona). A su vez, como el INDEC dejó de publicar la CBA, si la CBA oficial hubiese aumentado al ritmo del rubro alimentos, comunicado en el IPCNU, el nivel que debiera informar el organismo oficial sería de $319,31. Es decir que una familia tipo habría necesitado $986,68 ($7,96 por día por persona). Para las estimaciones del Defensor del Pueblo de Córdoba la CBA ascendió a $1061,42 por lo que también aumentó en 1,39% (Azul: CBADR, Rojo: INDEC, Verde: Defensor del Pueblo de Córdoba).

Los mayores aumentos anuales los he registrado en los rubros Dulces (167%), Té (102%) y Vinagre (98%). Mientras que la Harina de trigo (-20%) y la papa (-14%) continúan más baratas que hace un año. A continuación, las variaciones interanuales. Se puede observar cómo la estimación propia es bastante similar, en su evolución, a la del Defensor del Pueblo de Córdoba.

Estamos por cumplir un año y medio sin publicación oficial de la Canasta Básica Alimentaria. Al respecto me gustaría decir que, si bien es importante tener en cuenta el valor de esta canasta, para la efectividad de la política pública y conocer cuántas personas pueden, a través del mercado, adquirir la ingesta calórica necesaria, la cuestión de la soberanía alimentaria es mucho más amplia.
Hace una semana la Argentina recibía un premio en Roma por parte de la FAO (ver), no por alcanzar anticipadamente la meta (establecida en 1996) de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre para 2015 ni de reducir a la mitad el número total de personas desnutridas, sino por mantener desde 1990 “tasas de hambre” inferiores a 5%. Tengo la impresión de que la exigencia es bastante pobre, porque 1) si Argentina es un gran productor y exportador, no es una misión imposible alimentar a una población escasa en un gran territorio de alta fertilidad y 2) para cumplir con tan baja exigencia no se necesitan cambios estructurales que eliminen de raíz el problema de la malnutrición, y por ello el premio se le otorga no sólo a la Argentina de hoy, sino también a la de 1990 y años sucesivos.
Lo que más salió a la luz por estos días en los medios de comunicación fueron los datos de pobreza e indigencia que mencionó la presidenta CFK en conferencia en la FAO (ver), pero considero que hay otra serie de precisiones más interesantes de analizar y discutir. Porque se trata tanto de las opiniones como la visión del mundo económico de quien encabeza el proyecto político al poder en nuestro país. Y, además, representa la visión cultural del mundo occidental.
CFK comenzó hablando de los programas de huertas tan significativos en la erradicación del hambre, pero como realmente no es un programa con presencia trascendental en la vida de la mayoría de los argentinos, rápidamente siguió su discurso con los temas que sí le importa resaltar.
La primera cuestión es que, para la presidenta, el poder del pobre se manifiesta en la potestad de comprar, y por eso no interesa resaltar las cuestiones de poder en la esfera de la producción. Así lo manifiestan frases como: “Tienen hambre los que no tienen dinero para comprar alimentos”; “El muro de Berlín se cayó porque los del otro lado querían consumir”; o “El trabajo es la mejor herramienta para que la gente pueda salir del hambre”. Por lo que, claramente, no hay ningún cuestionamiento al modelo de producción capitalista ni a la distribución de tenencia de la tierra. Si bien es cierto que la llamada “década ganada” puede mostrar números positivos en cuanto a evolución en la tasa de desempleo y en el poder adquisitivo, cabe destacar que no hubo ningún cambio significativo en cuanto a la propiedad y el control de los recursos que hacen a la alimentación. Más bien, el agronegocio y el desarrollo inmobiliario tienen las de ganar frente a la resistencia por la posesión de las comunidades locales y el uso de los recursos esencialmente comunitarios, como la tierra y el agua.
La segunda cuestión es que para la presidenta el alimento es, en consonancia con la visión del mundo capitalista, una mercancía más. En el frente interno reivindica el papel del Estado para sostener la demanda, porque sino “el capitalista no tiene donde colocar su producto” y porque la desocupación implica pobreza y la pobreza lleva al hambre. En el frente externo cuestiona las barreras para-arancelarias y los subsidios de los países centrales que perjudican la colocación de los productos alimenticios producidos por países como Argentina. En este sentido, los grandes avances en biotecnología van de la mano de la posibilidad que el modelo les da a los capitalistas de extraer los beneficios de la explotación de la tierra. Suena contradictorio hablar de especulación financiera con la deuda de los Estados cuando la especulación que en nuestro propio país se hace con los granos se debe a la inacción del Estado argentino frente a la estructura de comercialización y, por sobre todo, frente a la estructura de la propiedad.
Me suena difícil que un presidente de un Estado capitalista pueda, en estos ámbitos, dar datos promisorios de evolución de un programa de huertas, de democratización en el uso de la tierra, de privilegio de uso al agua de calidad para las comunidades locales antes que a las empresas de producción extractiva y de “desarrollos” inmobiliarios. Porque es imposible que un sistema, que tiene como valor supremo la propiedad privada, dé respuestas definitivas al flagelo y la injusticia del hambre.

Datos personales

Córdoba, Argentina
Licenciado en Economía. Desempeño tareas de docencia, extensión e investigación en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba